martes, 24 de julio de 2012

Espejos falsos


Espejos falsos

Hay una vieja frase que nunca me canso de rebatir: “Una imagen vale más que mil palabras”. Falso, absolutamente. Incluso, utilizar palabras para tratar de imponerla, es de por sí una contradicción, claramente una paradoja.
Pero, tomando esa absurda frase, podemos decir que una imagen puede disparar ya no mil palabras, si no millones.
Una foto propia, sin ir más lejos. Si es nueva, y tenemos nuestros sentidos en modo “normal”, es decir similar al común de los mortales, nos veremos viejos, gordos, feos, desprolijos, despeinados y por qué no, borrachos o colocados.
Ahora, si es una foto con más de, pongámosle, diez años, el efecto es frecuentemente el contrario. Los que no tenemos la nostalgia como un defecto evidente, nos veremos mejor que ahora, seguramente. Y si la nostalgia invade, agarrate…
Primero los asfixiará ésa imagen, el impacto de verse tan distintos a como se ven hoy, aunque los demás no lo vean. Todo será un lejano recuerdo, la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser. No importarán los ridículos peinados, las absurdas ropas. Si la foto los encuentra borrachos, recordarán que tomaban para festejar, porque eran felices. Si los encuentra serios, creerán que era una excepción, que su realidad irresponsable, ingenua y promiscua era muy superior a esa mueca que refleja la foto. Y recordarán con gran cariño a quiénes los rodean, aunque sea la novia que te guampeó con tu mejor amigo; o esté abrazado al amigo que se acostaba con tu novia. Nada importará, porque esas causas prescribieron.
Y los recuerdos incluirán lo que los envolvía en esos años. Situaciones que no tienen que ver directamente con esa imagen, pero que irremediablemente serán recordadas al verla. Y la juventud incluirá a todos los pibes con los que compartía noches, botellas, fasos y por qué no, amores. Y amores con los que se compartían otras noches, botellas, y por qué no también, amigos. Y la escuela; y la pelota siempre picando de lunes a lunes; y las resacas que enfrentar cada día; y los seres queridos que estaban; y  las madres postizas, madres de amigos que nos daban lo que no teníamos en casa, desde un plato de comida hasta el más simple consejo, como ese:”Negrito, no tomés tanto”.
Y recordar ser inmortales, como los artistas, como todos los jóvenes. Escuché que los artistas y los jóvenes tiene algo en común: Se creen inmortales, y todavía piensan que pueden cambiar el mundo. Yo no tengo rasgo artístico alguno, pero según esa definición, todavía soy joven. Y será por eso que no tengo nostalgia alguna, viéndome en fotos viejas como el chico que fui, no veo otra cosa que el hombre que soy.


“Un muchacho de pelo largo con una mochila al hombro sonríe a la cámara. Comparto sus sueños y algo de su voz. Qué joven he sido, maldita sea.”
Ismael Serrano, cantautor español.

5 comentarios:

  1. Sabias que las personas que padecen autismo piensan en imagenes? En el caso de ellos una imagen es un mundo de sensaciones que muestra las palabras que no pueden decir. En mis fotos es como vos decis, una parte mia, era la misma que soy, pero con menos experiencia, con algun que otro sueno por cumplir o por archivar. No me da tristeza, sino un sentimiento de agradecimiento enorme por haber tenido la oportunidad de haber vivido lo que vivi. La juventud no es acerca de la falta de arrugas o pelos blancos, es acerca de ideales, suenos, revoluciones, cambios, libertad... y eso no envejece, solo algunos los sacrifican o los olvidan y otros, como vos y yo, seguimos siendo jovenes eternos :)

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  2. Es un enorme aporte para mí lo que me decís sobre el autismo, porque soy un absoluto ignorante del tema.En ese caso, ¿disparará otras imágenes que atesora su mente?.Para los que somos personas simples y vulgares, "el común de la gente", toda imagen genera palabras, desde mi postura hablo, aunque más no sea en nuestra cabeza.Y la juventud es seguramente un estado del alma, más que del cuerpo.Gracias por comentar!!!

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  3. Estoy de acuerdo con vos, para mí las palabras son las que disparan un sin fin de imágenes, las palabras que sabemos usar. Mis fotos no me causan nostalgia alguna, pero a veces traen lindos recuerdos, de esos que cosquillean el alma. Soy una mujer, que se fue formando con el pasar de los años, y digo esto sin la más mínima culpa, una mujer que se ganó mi respeto y aprecio. No creo que haya dejado de ser la que fui, hay pensamientos que cambian con el "en vivo y en directo", pero lo escencial sigue estando. Yo no creo que vaya a cambiar el mundo, pero quiero ser parte de esas personas que hacen la diferencia y creo que lo he ido logrando.

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    1. Soy Verónica Albornoz, pensé que al entrar por mi cuenta de Gmail aparecería mi nombre =)

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    2. Gracias Vero por tu aporte.Nadie cambia el mundo solo, pero con que uno pueda cambiar "su" mundo, o haga lo posible por hacerlo, es un gran comienzo.

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Muchas gracias por comentar!!!Espero que mis ganas de escribir coincidan con tus ganas de leer.Si te gustó, compartilo.Y si no,también.