martes, 16 de octubre de 2012

Contrapunto


Contrapunto


-La puta madre…-
El insulto fue casi un suspiro, para adentro. No era la primera vez que sentía que alguien la estaba mirando, la observaba en su departamento.
Hacia un mes casi que había decidido separarse, pero no se sentía sola. Cada mañana, como hoy, frente a la pantalla de su computadora, con el mate esperando ser tomado, sus ojos se concentraban en un punto fijo, en la nada misma. Y de repente, algo la conmovía: un ruido, una brisa suave, algo que de repente parece moverse. E inmediatamente eso le recordaba a él.

(Esto de ser un enviado no me convence. Hace ya unas semanas que la observo, le doy señales, le marco detalles para que me recuerde. No me acostumbro a esta forma de desdoblamiento espiritual, siendo un espectro que trata de convencerla de que no me olvide. Me parece en vano a veces, aunque suponer que es mi última esperanza, me empuja a seguir)

Ella lo seguía amando, eso no estaba ni siquiera en discusión. Pero el payaso que la había enamorado, el que la hacía reír como nadie, ya no le alcanzaba. Nunca alcanza. Con el paso del tiempo, uno si quiere reírse pone la tele. El hombre que amaba, era ya muy distinto al que ella estaba necesitando. Su incapacidad para generar dinero; su eterna inmadurez; su afición a la nocturnidad; a las amigas de pasado dudoso, a los amigos de pasado condenable. Su negación a conformar una familia; su inestabilidad laboral.
A pesar de todas esas cuestiones que estarían describiendo a un ser muy poco recomendable, ella lo amaba. Y quizás por eso presentía que estaba cerca.

(Todavía no puedo entender por qué me dejó. Siempre me dijo que nadie la hacía reír como yo, que nunca había congeniado tan fácilmente con una persona, aún antes de ser pareja, porque tuvimos nuestro inicio de relación como amigos. Bueno, eso lo decía ella, porque yo sabía que mi objetivo era pasar el resto de mi vida con ella. Y así lo hacía, y aunque ella había cambiado últimamente con respecto a ciertas cuestiones, yo quería reencauzar esa relación, seguir disfrutando de nuestra libertad, de nuestros tiempos. Y a pesar de que los años pasaban, yo intentaba ser siempre el joven inmaduro que la enamoró, el amigo de mis amigos que ella adoraba, sin nunca juzgar su pasado, su presente o su futuro. Y sé que es lo que ella quería, porque así me conoció.)

Todavía no tomaba el mate, pensando en él. A veces, quiere creer que se pueden dar otra chance. Si, él puede cambiar. Debería cambiar, alguna vez la adultez lo alcanzará, y se dará cuenta que ella lo ama como es, pero que es inevitable la evolución de las personas hacia un estadío de madurez, de convertirse en un hombre como, no sé, su padre…Sí, que sea como el padre de ella, la fantasía de casi todas las mujeres. La pesadilla de casi todos los hombres, que los comparen con el ideal de hombre: siempre saldrán perdiendo.
O no, el ideal es éste: que no se parezca a nadie que conoce, que la sorprenda sea mejor cada día. No hay nada mejor que ser sorprendida para bien cada mañana, cada anochecer.

(Me queda una oportunidad, creo. Cuando ella se queda así, pensativa, estoy convencido que está tratando de pensar en cualquier cosa que la lleve a olvidarme. Allí es cuando debo accionar con una brisa que mueva las cortinas. Cuando de la nada hago que el horno microondas emita ese pitido insoportable. Cuando hago caer un libro de los estantes. Porque en su realidad estoy siempre, pero difícilmente esté en sus pensamientos. No creo que nadie piense en mí, no creo que alguien pueda extrañarme. Vamos, no creo que a ella le cueste olvidarme si no hago algo que note de forma categórica. Ya la visité, al otro día que me dejó, y me dijo que era muy pronto, que necesitaba tiempo. Y así pasaron unos días, hasta que opté por esta forma de acercamiento, cuasi fantasmagórica. Y no volví: creo que ahora es un buen momento. Para decirle que nunca voy a cambiar. Para decirle que siempre voy a ser ese pibe que conoció, ese payasito que la entretenía aún en los momentos más duros. Para decirle que no nos vamos a complicar la vida, que solo vamos a ser nosotros dos, ahora y para siempre. Porque yo voy a ser su destino, y al final del camino la voy a esperar con sus sueños cumplidos. Y yo sé cuáles son, aunque ahora parezca que no me importan. Lo decidí: Hoy la llamo y la invito a cenar. O mejor le envío un mensaje, para evitarle la incomodidad de atenderme si no quiere hacerlo.)

No puede ser que ni siquiera ese susto le cambie el pensamiento. Muy por el contrario, además de solo pensar en él, ahora cree que él de alguna manera le está dando señales. Terca, pero sensible, ha tomado una decisión: Si la llama hoy, a más tardar mañana, le dará una oportunidad. Además, está persuadida de que él entendió el mensaje. Que si llama es porque está decidido a cambiar, a ser ese que ella siempre soñó. Va a ser su destino, le va a preparar sus sueños para cumplirlos juntos, desde hoy hasta el final del camino.
Cuando va a tomar por fin el primer mate, suena su teléfono, un mensaje de texto.

(Listo, enviado.”¿Querés que cenemos esta noche? Tengo que decirte algo. Adonde quieras, a la hora que me digas. Contestáme por favor. Beso.” Comienza así el sueño de mi vida)

Ella lee el mensaje, sonríe sutilmente. “Dale, en mi departamento a las 8. Yo también espero que me digas algo. Besos.”

Entonces, como un sino luminoso, una ilusión los junta otra vez. Esa noche, él va a demostrarle que siempre será el que ella conoció, y que eso es la fehaciente demostración de su amor eterno. Ella, expectante, querrá escuchar que él va a ser el hombre que ella sueña, su eterno compañero. Y ambos esperan que esa noche sea el comienzo de una vida nueva.
 Y eso, eso está garantizado. Ya nada será lo que fue.



“Ya no quiero alejarme algún tiempo,
despertar y caer al vacío.
Ya no quiero perder mi raíz,
Preguntar: ¿por qué a mí?, lo tendré merecido”

"Flores en el río", Abel Pintos



10 comentarios:

  1. uff que suerte que no es mi historia!aunque parece tener un buen final.Me encantó la cita de la canción de Abel Pintos!. Adri.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo lo que termina, termina mal, dice Calamaro. Pero yo no le creo...Los finales siempre son el comienzo de algo.Gracias por comentar Adri. Besos!!!

      Eliminar
  2. Sabés que odio la cita para el comentario pero..."Sí, que sea como el padre de ella, la fantasía de casi todas las mujeres." Te mandé a la mierda pensando adentro de cuántas cabezas habías estado para comprobar ese estereotipo..."La pesadilla de casi todos los hombres, que los comparen con el ideal de hombre: siempre saldrán perdiendo."...Te perdoné la boludes anterior, primero, sos hombre, segundo, podés haber hablado con tipos que te hayan apoyado en tu teoría; tercero, cualquiera sale perdiendo si es así de cruelmente comparado...
    "O no, el ideal es éste: que no se parezca a nadie que conoce, que la sorprenda sea mejor cada día" otra vez te puteo...esta flaca es una boba pienso, armó el personaje de una tarada! pero "No hay nada mejor que ser sorprendida para bien cada mañana, cada anochecer." corrigió lo antes dicho, lo complementó, hasta casi casi coincide con mi pensamiento...
    Ayer leí un relato y al compartirlo puse algo como "este pibe me conoce...no me conoce pero pareciera que si!"...otra vez me pasa lo mismo...pareciera que si!Sabrina

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Los estereotipos son mi única fuente Sabri, desde que decidí escribir sin ser autorreferencial. Igualmente, el complejo de Electra no es algo que yo haya inventado. Te agradezco el análisis que hacés de los personajes, le dás una importancia que me halaga. Me encantaría escribir algo pensando que estoy describiendo a alguien, pero no conozco a nadie lo suficiente. Gracias por comentar. Besos!!!

      Eliminar
  3. Me gustó el relato, es original, muy bueno. No sé si son tus pensamientos lo que se reflejan en la historia, pero no discuto con la literatura, disfruté de la lectura. La construcción de los personajes a partir de sus pensamientos me pareció interesante. =) Verónica Albornoz

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JA!Es lo que más me divierte de escribir, imaginar otros pensamientos, salirme de mis estructuras muchas veces tan cerradas e inamovibles. Gracias por comentar, me alegra que lo disfrutes.Beso!

      Eliminar
  4. A mi me parece que es como la actuación, salirse de uno mismo para interpretar a otro, para tratar de argumentar esos pensamientos que nos resultan tan ajenos, creo que es parte del arte de escribir.

    ResponderEliminar
  5. Bueno, "Unknown", un poco se trata de eso. La diferencia es que no tengo un libreto que seguir, y me permito enaltecer o destrozar a los personajes a mi antojo. Sigo ciertas reglas que son al fin y al cabo mis prejuicios y y mis miedos, pero no más que eso. Gracias por comentar.

    ResponderEliminar
  6. Soy Verónica, estaba siguiendo la conversación del comentario anterior. "Unknown" sale cuando pongo la opción de publicar a través de mi cuenta de google, pero no recibo informe ni me aparece mi nombre como en otros sitios en donde comento a través de esta cuenta. =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. JA!Buenísimo, te llamé de esa manera simpáticamente, debido a mi imposibilidad de adivinar quién eras. El truco sólo funciona con Walter...Gracias!

      Eliminar

Muchas gracias por comentar!!!Espero que mis ganas de escribir coincidan con tus ganas de leer.Si te gustó, compartilo.Y si no,también.